sábado, 16 de febrero de 2013

Sapillo pintojo meridional.


 Discoglossus jeanneae


Este sapillo pintojo hibernaba bajo una piedra que se encontraba muy cerca de un pequeño arroyo. Los anfibios aguardan la llegada de la primavera para salir de sus letargos. El sapillo pintojo es una de las especies de sapos que más se parecen a las ranas, aunque su cuerpo más rechoncho, piel verrugosa y sus extremidades los distingan. 

lunes, 11 de febrero de 2013

Pececillo de Plata.


Lepisma saccharina


El Pececillo de Plata es quizás el insecto más antiguo del que tenemos referencia, pues de su familia, los tisanuros, existen fósiles de hace millones de años. Además, estos verdaderos fósiles vivos nos resultan muy familiares porque en nuestros pisos y casas aparecen de vez en cuando, entre los libros de la biblioteca o en los cuartos de baño. Estos insectos se alimentan de sustancias como el almidón o la celulosa o similares que pueden encontrar en vegetales o en el papel o en los cabellos que caigan al suelo. No suelen soportar la luz porque son de hábitos nocturnos. Comentar que sus cuerpos son demasiado blandos ya que se deshacen ante un simple roce. 
Estos pececillos de plata no se encontraban en ninguna vivienda humana sino que tenían su hogar tras la corteza de un eucalipto.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Carraleja rojinegra.


Berberomeloe majalis


La carraleja, también llamada aceitera o boticaria o curita, es uno de los coleópteros más grandes de nuestra fauna, y es por ello uno de los escarabajos más reconocidos a simple vista. Negro y con franjas rojas en su abultado abdomen (en particular la hembra) que apenas pueden cubrir sus pequeños élitros, este escarabajo resulta muy llamativo en el campo. Esto es así para avisar de su toxicidad, la carraleja al verse amenazada rezuma una sustancia aceitosa tóxica para que sus predadores no intenten comérselas. Antiguamente se pensaba que esta sustancia era buena para preparar algunos remedios caseros o medicamentos en la botica. El comportamiento de sus larvas es también digno de mención, pues se adhieren a las patas de las abejas, abejorros, moscas o avispas, para ser transportados a sus nidos y una vez allí, se alimentan de las larvas de estos otros insectos.



Lagarto ocelado.


Timon Lepidus

En Invierno las piedras son verdaderos refugios para numerosas especies de nuestra fauna que hibernan esperando la llegada del calor de la primavera. Bajo una gran piedra sorprendimos a esta pequeña cría de lagarto ocelado que abría su boca para resultar amenazante. Los lagartos ocelados adultos son lagartos muy grandes y fuertes, que presentan vivos colores y que suelen tumbarse al sol en alguna roca.